¡Marrakech, un escenario de cuentos de hadas con sus zocos mágicos, aromáticos tés de menta, y la encantadora danza del vientre, fue el lugar perfecto para un torneo de WABOL como ningún otro! En un rincón del mundo donde las serpientes se pasean con orgullo en la plaza de Fnac, el deporte se convirtió en una danza de la amistad y el compañerismo.
Equipos de Marruecos, Francia, España y la agradable sorpresa de un equipo del Sahara, se unieron en este cuento de hadas futbolero durante dos días llenos de emoción y risas, los días 21 y 22 de octubre. Desde el primer pitido, fue como si Aladino hubiera frotado la lámpara mágica y hubiera concedido un deseo a todos: el deseo de vivir la pasión del deporte de manera inolvidable.
Los equipos desplegaron su magia en el campo, como si fueran genios listos para cumplir todos los deseos de la afición. Los marroquíes, con su elegancia y encanto, recordó al mundo que esta ciudad es la auténtica «Perla Roja». Los franceses, con su toque sofisticado, deslumbraron a todos como si fuera una noche estrellada en París, los saharauis con su fina técnica deslumbraron como la arena dorada del desierto, y los españoles con su pasión y alegría, hicieron que el campo de fútbol fuera una verdadera fiesta.
Sin embargo, la verdadera joya de este torneo fue la ausencia de una clasificación al final. ¿Por qué? Porque en este juego, el auténtico tesoro es la amistad, y todos ganaron al compartir este hermoso deporte.
El respeto mutuo era más dulce que un vaso de té de menta marroquí en pleno zoco. La inclusión de todas las edades y habilidades era como un bazar lleno de tesoros por descubrir. La superación personal brillaba como las luces de las linternas en el desierto de Sahara.
Pero, lo más precioso de todo, fue la sonrisa en los rostros de los jugadores, más brillante que las linternas de los zocos. La alegría de compartir el deporte en una ciudad tan especial como Marrakech fue como un cuento de las Mil y Una Noches hecho realidad.
¡Hasta el próximo torneo, donde seguiremos buscando tesoros en cada sonrisa y en cada toque de balón!
Texto de: Andrew Gilaberte, participante en el torneo.
Resumen en vídeo:
Luisa Barba
